Seminci. 21 al
28 de octubre de 2023
68º Semana Internacional de Cine de
Valladolid
Al igual que en años anteriores he realizado un seguimiento completo de la Sección Oficial (23 títulos), además de visionar otras películas y documentales de otras secciones que igualmente se reseñan. En total he podido ver 37 largometrajes, 16 cortometrajes y 1 documental.
El 11 de octubre se realizó la presentación de la programación en la Academia de Cine de Madrid. Este año la Seminci estrena director tras la renuncia, a principios de año, de Javier Angulo tras quince notables ediciones. El nombramiento del nuevo director, José Luis Cienfuegos, fue anunciado en abril; su apuesta por el cine de autor y la internacionalización de la Seminci son claras. Con anterioridad había dirigido los festivales de Gijón y de Sevilla.
Como novedad los cortometrajes de la Sección Oficial se proyectan en dos sesiones independientes a la proyección de los largometrajes; no es mala idea. Ha habido otras novedades como la supresión de las hojas de información diaria, lo cual me parece un error. Son muchos los años que tengo encuadernados con esos números.
Se han mantenido las habituales Secciones de Punto de Encuentro, Tiempo de Historia, Cine Gourmet, DOC. España, Miniminci y como país invitado la India, editándose un libro con textos de especialistas en cine hindú (ningún español).
Desaparece Spanish Cinema y se crean dos nuevas secciones:
- “Alquimias”, sección competitiva donde se pretende mostrar un cine más arriesgado, menos convencional, digamos más de autor (con el nuevo Premio Recoletas)
- “Memoria y utopía”. Restauraciones recientes y documentales sobre cine. Una sección al estilo de “Cannes Classics” o “Venezia Classici”.
En “Memoria y Utopía” hay que destacar la proyección de “Lucha de corazones” (Joan María Codina, 1912) con la música de Abel Hernández. Restaurada por Filmoteca Española con una duración de 43 minutos.
También se han creado los diálogos DAMA (Derechos de Autor de Medios Audiovisuales de cine español) con encuentros del público con creadores del cine español, directores, productores, guionistas en este caso con Paula Ortiz, Laura Ferrés y Lois Patiño (en este último caso se suspendió)
El Jurado de la Sección Oficial ha estado integrado por Pan Nalin (director hindú ganador de la Espiga de Oro hace dos años), Jara Yáñez (periodista ligada a la revista Caimán-Cuadernos de cine que tanta vinculación tiene con la Seminci), Meritxell Colell Aparicio (Directora) y Mike Goodridge (Productor). Sin saber muy bien por qué el director y productor Iván Granovsky al final no formó parte de este Jurado. Un Jurado que ha cometido (en mi opinión y en la de muchos) una de las mayores aberraciones que se recuerdan en la Seminci con una Espiga de Oro absolutamente ridícula que parece obedecer a cuestiones no puramente cinematográficas.
Las Espigas de Honor de este año han sido para: Nathalie Baye, Charlotte Rampling (entregada por Julio Medem), Blanca Portillo, Kiti Mánver, Raúl Pérez (enólogo) y para la Academia del Cine Europeo (de la que se celebra un ciclo con películas recientes).
La Espiga de Honor a la Academia del Cine Europeo fue entregada por Fernando Méndez-Leite a la Presidenta de la institución, Agnieszka Holland.
En mi opinión demasiadas Espigas de Honor que diluyen la importancia del reconocimiento. Como mucho deberían entregarse tres: el día de la inauguración, a mitad del festival y el día de la clausura. Y este año a cuatro actrices ¿No os parece excesivo?
Se ha realizado la exposición fotográfica “Flamenco India de Carlos Saura” que no he podido ver. En ella, con fotografías del propio Saura, se investiga acerca de los orígenes del pueblo gitano y del flamenco.
Se celebraron varias mesas redondas y encuentros con profesionales del sector:
- Tercer Encuentro Merci. Mercado de Cine Independiente:
“Estrategias de comunicación y marketing para atraer nuevos públicos”
- Memoria y Utopía:
“Los archivos cinematográficos frente al dilema digital”
“Cómo programar hoy el cine del pasado”
-“Grandes productoras del cine de autor”
El jueves 19 de octubre el programa de TVE “Versión Española”, en el que pude intervenir en 2005, grabó en el Teatro Calderón un programa especial con motivo de su 25º aniversario. Se proyectó la película “Libertad” (Clara Roquet) que inauguró la Seminci hace dos años. La presencia de TVE este año ha sido muy notable con ocho películas y dos documentales presentados en régimen de coproducción.
El viernes 20 de octubre y como prólogo al
Festival se celebró en el Teatro Carrión un encuentro musical titulado “Plena
Pausa” donde se proyecta imágenes inéditas de Iván Zulueta acompañadas
de la música de J, componente del grupo Los Planetas. En este
enlace puede verse un fragmento:
https://youtu.be/RT8ofU1piyU?si=XtQ2q5_IIV_CfDNp
Se proyectó “El hermanito” (“The Kid Brother”, Ted Wilde y J. A. Howe, y Lewis Milestone no acreditado, 1927) una comedia de Harold Lloyd con algunos gags antológicos (la subida al árbol, el mono con zapatos). En 1989 Carl Davis compuso una banda sonora que es la que interpretó la Orquesta Sinfónica de Castilla y León.
En la Gala de la Unesco se pudieron ver los dos primeros capítulos de la serie de Amazon “Memento Mori” que se ha rodado en Valladolid.
En la Gala del Cine Español se proyectó “Teresa” (Paula Ortiz) y en la Gala de RTVE “El maestro que prometió el mar” (Patricia Font)
SECCIÓN OFICIAL
(largometrajes):
Veintitrés títulos en esta sección y de ellos diecinueve a concurso. Con cinco producciones españolas a competición y cinco fuera de concurso. Diez títulos en total que se me antojan excesivos. La Seminci, aunque apoye al cine español, no puede convertirse en el Festival del Cine Español, para eso ya hay otros encuentros.
- (**) “La contadora de películas” (Lone Scherfig, España-Chile-Francia)
Con este título fuera de concurso se inaugura
el día 21 de octubre la sección oficial. Una directora danesa, en una
producción hispano-chilena-francesa que adapta una novela de un autor chileno
con guion del brasileño Walter Salles, de Isabel
Coixet y de Rafa Russo.
Curioso híbrido.
La película es correcta aunque le falta
carácter. La directora no acierta a darle el tono adecuado y resulta, en muchos
tramos, muy anodina. De nada sirve intercalar secuencias de películas míticas.
No es, ni de lejos, el “Cinema Paradiso” que
se pretende. Eso sí, hay un par de planos en los que parece que estamos viendo
una película de los años cincuenta con Ava Gardner, además de contener
una hermosísima elipsis. A nivel de guion resulta
difícil asumir el giro que la película presenta respecto a la madre (no diré
más) y que en gran medida constituye el nudo de la narración: un hecho
inesperado que desencadena todo lo demás.
Como curiosidad indicar que parte del texto
en “español” está subtitulado al utilizar expresiones, vocablos chilenos. Sigo
pensando que las películas latinoamericanas deberían subtitularse todas al
español. De la misma manera que películas españolas deberían subtitularse en
Latinoamérica. La utilización de un español neutro empobrece los léxicos
autóctonos, los giros locales, las expresiones habituales (Véase: https://www.cinepastor.es/Babelismo.htm)
Tibios aplausos en su pase de prensa en el
Calderón. Recibió el Premio Seminci Joven a la mejor
película y se ha estrenado muy rápidamente (27 de octubre).
- (***) “Green Border”
(“Zielona granica”,
Agnieszka Holland, 2023)
Ya participó a concurso en el pasado Festival
de Venecia donde obtuvo el Premio Especial del Jurado. Primera película de esta
sección que vemos en pase de prensa. La célebre directora polaca ha estado en
Valladolid presentando su película al igual que hizo en 2017 con “El rastro”
(“Pokot”).
La película fue recibida
con tibios aplausos en su pase en el Calderón. Es sin duda una película fuerte
por su temática y por algunas imágenes que sobrecogen. Aunque se inicia en
color (los bosques que hay en la frontera entre Polonia y Bielorrusia) pasa
enseguida al blanco y negro en el que se desarrolla toda la película.
En mi opinión se expone
la crisis humanitaria que estalló en esa frontera de forma maniquea. Un
problema que por desgracia aún continúa. Es cierto que los polacos
(militares-policía) y los bielorrusos son mostrados como muy malvados (sólo un
militar polaco tiene un momento de compasión) y los activistas polacos son
todos muy buenos tratando de ayudar a esas pobres personas, que no olvidemos,
huyen de la guerra (son sirios) o afganos (de los talibanes) pero también hay
marroquíes o de cualquier otra nacionalidad. Parece que el término “refugiado”
se ha ampliado en los últimos años de forma excesiva. El por qué de estas
terribles situaciones hay que buscarlo en sus propios países (donde es cierto
que el mundo occidental tiene mucha responsabilidad en esos desastres
permanentes). En la película son los militares polacos los que exponen la clara
intención del presidente bielorruso de desestabilizar a Polonia, a la Unión
Europea, utilizando a los más necesitados, a los más pobres y débiles como arma
arrojadiza. Pero esto se muestra como si fuera una exageración de las
autoridades polacas. El que Bielorrusia pagara los billetes de avión a todas
estas personas para introducirlas por la fuerza en Polonia es, para mí, una
agresión territorial. Recordemos que Bielorrusia es una dictadura comunista. El
epílogo, con el diferente trato que las autoridades polacas dan a los
refugiados ucranianos pretende decirnos que no se recibe por igual a unos y a
otros. Cierto. Pero recordemos que Ucrania está en guerra, tiene frontera
directa con Polonia y que la mayor parte de su población es cristiana ortodoxa
(en Polonia son católicos). Todos merecen ayuda y respeto, independientemente
de su procedencia, de su religión, pero creo que es vital ir al origen. ¿Y mientras
tanto?...
No recibió en la Seminci
ningún reconocimiento en el palmarés.
- (**) “The
Sweet East” (Sean Price Williams,
EE.UU)
Ópera prima de este joven director estadounidense, rodada en 16mm, que ya se presentó en Cannes en la Quincena de Cineastas. Una joven inicia un viaje, a la aventura, por donde el destino la lleve. Un inicio a lo Nouvelle Vague, para una road-movie muy indie donde se encontrará con grupos nazis, antisistemas, terroristas islámicos, una pareja dedicada al cine… La película se hace un tanto “pesada” y sólo se salva gracias a la interpretación de Talia Ryder, aunque tiene algunos apuntes notables.
La sala Cervantes estaba abarrotada en pase de prensa y sin embargo no recibió aplausos. Y tampoco ha recibido reconocimiento y es una pena porque podría haber obtenido sin problemas el premio Pilar Miró.
- (**) “Que nadie duerma” (Antonio Méndez Esparza, España)
Debut de este director español en nuestro cine, sus anteriores trabajos se rodaron en EE.UU. Inolvidable su película de 2017 “La vida y nada más” presentada a concurso en San Sebastián.
Y de nuevo una película basada en una novela de Juan José Millás que se presenta a concurso en la Seminci. El año pasado “No mires a los ojos”, y este año otra de sus novelas con un guion que firma la directora Clara Roquet que inauguró la Seminci en 2021 con la fallida “Libertad”. Se da la circunstancia que en los tres casos parece existir un patrón común: falta garra, fuerza, hay personajes bien trazados pero la sensación final que se tiene es de película correcta sin más.
Una comedia negra con dos actrices soberbias, Malena Alterio y Aitana Sánchez Gijón, ambientada en gran medida en un taxi por las calles de Madrid. El final (que no desvelo) se antoja un tanto excesivo y descoloca a gran parte de los espectadores. Lo de la visita a Toledo porque parte de la financiación procede de Castilla-La Mancha es ridículo.
Muy tibios aplausos en su pase de prensa en el Calderón. No recibió ningún premio aunque muchos hablaban de Malena Alterio como mejor actriz, un reconocimiento que se habría recibido bien.
- (**) “Sobre todo de noche” (Víctor Iriarte, España)
Una producción de Isaki Lacuesta (entre otros) que se presentó en Venecia en la sección “Giornate degli Autori”. Ópera prima de un director que ya deja claro con esta propuesta que su cine se orientará al llamado cine de autor. Una historia sobre niños robados, adopciones y maternidades perdidas. Lola Dueñas y Ana Torrent están perfectas en sus personajes.
El “problema” de esta película es que es muy evidente el deseo del director de dejar impronta de su huella, de su firma, con cuestiones formales que desentonan y lastran la historia. ¿A qué viene por ejemplo que una gran parte de la película, en su tramo intermedio, se ruede en plano circular? Es algo innecesario e irrelevante. Y a nivel de guion toda esa parte final del robo y del desenlace te deja frío, es como si hubiera dos películas, un drama sobre la maternidad y un tonto thriller que no encajan.
En su pase de prensa en el Calderón recibió muy tibios aplausos (excepto de un espectador muy entusiasta). Recibió el Premio Fipresci.
- (**) “How to
Have Sex” (Molly Manning Walker, GB-Grecia)
Una ópera prima presentada en Cannes 2023, en
la sección “Un certain regard”
donde ganó como mejor película.
Tres amigas británicas pasan unos días de
vacaciones en Mali (Grecia). La diversión es lo único que cuenta, los chicos,
el alcohol, el sexo. Tara, interpretada por Mia
McKenna Bruce, se siente lanzada, obligada a
formar parte del rito social que debe incluir, como no, las relaciones sexuales
y en su caso, la pérdida de virginidad, algo que acontece de forma fría,
triste, sin el menor atisbo de deseo, en soledad. Y es una pena que eso suceda
así. Y ella lo sabe.
Recibida con aplausos. Le dieron, muy
merecidamente, el Premio Pilar Miró a la mejor nueva dirección y el
Premio de la Juventud de la Sección Oficial.
- (***) “El amor de Andrea” (Manuel Martín Cuenca, España)
En mi opinión la mejor película española
presentada en la Sección Oficial y que, irónicamente, se ha ido de vacío. Es,
en apariencia y en su forma, una película sencilla. En su fondo muestra con
acierto el dolor que sufren muchos hijos cuando sus padres se separan, se
divorcian. Martín Cuenca está alcanzado unos niveles soberbios en su
capacidad narrativa. En su película anterior “La hija” mostraba el mismo
nivel de suficiencia, de capacidad, de saber dar a cada secuencia, a cada
plano, la composición, el tiempo necesario. Y lo que es más importante, logrando
una unidad narrativa perfecta que cierra toda la película de inicio a fin. Y
sin embargo, ningún premio. El cambio que se ha observado en esta Seminci puede tener efectos perversos sobre otras
producciones españolas e incluso internacionales de cara a próximas ediciones.
¿Para qué voy a presentar mi película en la Seminci
si luego premian a cualquier “cosa rara”
con ínfulas de autor? Yo, como director o como productor, me lo pensaría. Martín
Cuenca no es un falso autor.
Fue recibida con aplausos en su pase de
prensa en el Calderón, en dos ocasiones, al inicio y al finalizar los créditos.
Vetusta Morla ha compuesto la banda sonora de la película y el propio Martín
Cuenca ha dirigido el videoclip del tema principal. Una canción que de
forma sorpresiva interpretaron en el Teatro Calderón en otro pase.
Además la película es portada del último
número de la revista “Caimán. Cuadernos de Cine”.
- (**) “Teresa” (Paula Ortiz, España)
Presentada fuera de concurso para acompañar
la Espiga de Honor a Blanca Portillo. Había expectación por ver esta
película después de la excelente “La novia” (Paula Ortiz, 2015) que sigue
estando entre lo mejor del cine español de los últimos años. Y en cierta manera
no ha defraudado si bien no alcanza el nivel de “La novia”. Su película
anterior “Al otro lado del río y entre los árboles” con producción
inglesa se acaba de estrenar el pasado 11 de octubre.
“Teresa” resulta
una película teatral, casi de ambiente único (la cocina de un convento) donde
la mística se enfrenta a un debate dialéctico con el inquisidor repasando su vida
y su obra. Los dos actores, Blanca Portillo y Asier Etxeandía están extraordinarios. Como escribí en el tuit la actriz, en su dolor, en sus ojos, en sus emociones,
me recordaba mucho a María Falconetti en “La
pasión de Juana de Arco” (Carl Theodor Dreyer, 1928) y eso son
palabras mayores.
Recibida con aplausos
dos veces en su pase de prensa en el Calderón (al inicio y al final de los
créditos)
- (***) “Desconocidos” (“All of Us Strangers”, Andrew Haigh, GB)
En mi opinión debió recibir la Espiga de Oro
al mejor largometraje y tuvo que conformarse con la Espiga Arco Iris. Antes de
su proyección Andrew Haigh dirigió unas
palabras a través de una grabación para hablar del poder del amor; intuyo que
se trata de una grabación única para proyectar allí donde se programe la
película (no hay mención a Valladolid o a la Seminci)
Una película muy sólida, rotunda, donde se
mezcla, curiosamente, homosexualidad y fantasmas, lo cual se entiende mejor al
saber que se basa en una novela del japonés Taichi
Yamada (ya sabemos que los nipones son muy dados
a este tipo de historias de fantasmas). El guion es
magistral, las interpretaciones soberbias, todas las piezas van encajando hasta
un final deslumbrante.
Aplausos generalizados en su pase de prensa
en el Teatro Cervantes. Que no se haya premiado su guion,
o su fotografía, o su dirección, o a Andrew Scott como actor no es
entendible.
- (**) “Samsara” (Lois
Patiño, España)
Ya se presentó en el
Festival de Berlín, en su sección “Encuentros” donde obtuvo el Premio del
Jurado. Tercera de las películas españolas a concurso. Comparte con “Sobre
todo de noche” una propuesta autoral que no ha dejado indiferente a nadie.
La película, presenta tres secciones claramente diferenciadas: en Laos una
anciana y un joven, un interludio sensorial y en Zánzibar
con una cabra y una niña. Así como suena. El budismo, la reencarnación y el
viaje por el Bardo constituyen el fondo de la historia. Esa segunda parte de
experiencia sensorial resulta enormemente llamativa y ha provocado que algunos
espectadores abandonaran la sala. No quiero detallar su contenido para evitar
estropear su efecto a nuevos espectadores. La única pega que le pongo es la
excesiva duración de esa secuencia. Aún así, es una película que permanece en
las emociones.
Recibió aplausos en su
pase de prensa en el Calderón, en dos ocasiones, pero muy tibios.
- (***) “Sala de profesores” (Ilker
Çatak, Alemania)
Presentada en Berlín, seleccionada por
Alemania para los Oscars y la película triunfadora en los premios del cine alemán
(película, director, guion, actriz). Todos estos
reconocimientos dan idea de que vamos a ver una película sólida y así es. Su guion, su estructura, el ritmo que muestra y sobre todo las
interpretaciones son muy notables.
Una profesora nueva en un instituto. Un
incidente puntual. Y a partir de ahí el caos generalizado donde profesores,
alumnos, padres, redes sociales, se mezclan de muy mala manera. Un cubo de Rubik (que aparece en la película) con las piezas descolocadas.
La película incide sobre la responsabilidad de los propios actos, sobre
asumirlos (o no) y sobre sus consecuencias. Y está claro que en la sociedad
actual, y no quiero caer en moralinas, hay algo que no está funcionando bien,
sobre todo en lo que respecta a la educación de los adolescentes. Y lo que es
peor, y la película muestra, cuando los adultos, que se supone que debemos dar
ejemplo, no asumimos nuestros errores y mucho menos aceptamos sus
consecuencias. Y todavía mucho peor, cuando utilizamos a los menores como armas
arrojadizas contra los adultos. Pues bien, todo esto y más están en esta
película y aún así hay mucho ciego que no lo ha visto. Su narración ortodoxa,
su estructura griega de presentación, nudo y desenlace, parece que no es del
agrado de intelectualoides (en el propio vocablo se
incluye la presunción)
Le dan, como consolación, el Premio José
Salcedo al mejor montaje (Gesa Jäger)
- (**) “Mamacruz” (Patricia Ortega,
España)
Se presenta fuera de concurso. Una película que
sostiene, casi en exclusividad, Kiti Mánver. Y lo hace muy bien. El deseo y el sexo en la
vejez (según los expertos a partir de los 60 años). Mánver
interpreta a una abuela que hace tiempo olvidó lo que es sentirse querida. La
religión es el refugio de su soledad, es una mujer de fe, pero de forma casual
(unas imágenes porno por Internet) despiertan en ella lo que estaba dormido. Y
a partir de ahí le necesidad de sentirse viva, de sentirse guapa, de ser
deseada, aunque sea por su marido. Intuyo que muchas personas (hombres y
mujeres) se sentirán identificados con estas situaciones. La directora consigue
narrar con acierto la historia, sin ser irrespetuosa en cuestiones religiosas y
eso se agradece. Contiene una de las imágenes más impactantes del último cine
español (esa mano de Dios que baja para acariciar la mejilla de ella).
- (**) “The Beast”
(Betrand Bonello,
Francia-Canadá)
Una película que hay que
madurar, procesar con calma. Extensa (
https://www.uv.mx/blogs/lectores/files/2011/04/James-Henry-bestia-jungla.pdf
Bonello
realiza una inteligente adaptación que respeta el espíritu del texto. La
película mezcla diferentes tiempos para mostrarnos que, más o menos, siempre
nos enfrentamos a los mismos miedos, a las mismas angustias, los paisajes
podrán cambiar (en este caso los salones de baile, discotecas) pero el fondo
sigue siendo el mismo. Nuestra dudas al afrontar algo tan nombrado, tan manido
como es el Amor y que, sin embargo, está ahí de forma permanente. Dudas que en
muchas ocasiones nos paraliza, nos condiciona de tal manera que nos olvidamos
de vivir, de sentir, de lanzarnos a “tumba abierta” porque luego será demasiado
tarde (y la mención a la tumba tiene su razón de ser).
En el pase de prensa en
el Teatro Cervantes no hubo aplausos. De alguna manera se tenía la sensación de
que algo no había ido bien en la película. Y su abrupto final (que tiene una
explicación) no ayudaba a digerir y a exteriorizar sentimientos. A lo que se
unía que la película no tiene créditos finales; de forma sorpresiva aparecía un
código qr para aquellos que quisieran leer los
rótulos. Una originalidad un tanto pedante. Es una película a la que volver
varias veces y ver en salas.
Léa Seydoux recibió, merecidamente, el Premio a la Mejor
Actriz.
- (o) “Música” (Angela Schanelec, Alemania)
Pues llegamos a la única película en todo el Festival (sesiones que yo haya asistido) que fue silbada y pateada. Eso sí, uno aplaudía de forma efusiva y sospecho que sé quién es. En mi opinión la peor película de la Sección Oficial. No es cine convencional, ni remotamente comercial. Es cine de autor pero del malo (tipo “Kinetta” de Yorgos Lanthimos), del que no es para todos, del que es para una minoría exigua que disfrazan sus argumentaciones con retóricas pedantes. En el fondo no se engañan ni así mismos.
Para que os hagáis una idea: primer plano, durante unos cuatro-cinco minutos, la niebla cubre un valle… Ya está. Cámara inmóvil, plano único, la niebla avanza cubriendo el espacio. Nada que ver con aquello de “ver crecer la hierba” que despectivamente y con desconocimiento se aplicaba al cine de Eric Rohmer. En Rohmer había autenticidad, verdad, sentimiento, en este engendro hay artificio, impostura, mentira. Pero ya sabemos que un reducidísimo grupito de intelectualoides dirán que no hemos entendido las subcapas semióticas que subyacen en las yuxtaposiciones helicoidales de esta actualización del mito de Edipo. Pues va a ser que no.
Que le hayan dado el Premio Ribera del Duero a la Mejor Dirección es un bochorno; y el premio a la mejor fotografía (Iván Markovic) una atrocidad.
- (***) “Las cuatro hijas” (Kaouther
Ben Hania, Francia-Túnez)
Otra buena película que
se ha ido de vacío en el palmarés. Y eso que utiliza un lenguaje narrativo que
se sale de la ortodoxia más convencional. Es un híbrido de documental y ficción
donde se atreve a utilizar personajes reales mezclándolos con sus intérpretes
en la ficción, en un ejercicio de metacine que
funciona muy bien. Se supone que están con los preparativos de la película que
se va a rodar y entrevista a los personajes reales. Al mismo tiempo los
actores/actrices que van a interpretarlos cambian impresiones con ellos. Juego
de espejos se acostumbra a decir. Y en el fondo la película nos muestra una
terrible realidad: los jóvenes que son “abducidos” por grupos terroristas, en
este caso dos de las hermanas por el Isis en Libia. Aún están en prisión.
Fue recibida con
aplausos y hubiera sido una Espiga de Oro asumible.
- (***) “El rapto” (“Rapito”, Marco Bellocchio,
Italia)
Presentada a concurso en la última edición de
Cannes. El gran director italiano que empezó su carrera allá por 1961 sigue en
activo a sus 83 años. Una figura esencial del cine mundial que debutó en el
largo con la extraordinaria “Las manos en los bolsillos” (“I pugni in tasca”, 1965). Desgraciadamente no ha hecho
acto de presencia en Valladolid (seguramente por cuestiones de trabajo o de
salud).
De nuevo la religión católica en el punto de
mira de Bellocchio (la religión, la familia,
el ejército, la política, han sido siempre el objetivo de sus diatribas). Esta
vez a través de un hecho real sucedido en 1858 en Bolonia (Italia) cuando un
niño judío, Edgardo Mortara Levi, fue arrebatado a su familia porque
había sido bautizado secretamente por una sirvienta (¿Cualquiera puede
bautizar?). Circunstancia que el Papa Pío IX utilizó de forma mezquina
para humillar a los judíos. Bellocchio rueda
con esa solidez que dan 60 años de estar tras la cámara. Sabe lo que quiere y
lo muestra sin tapujos con secuencias que nos hacen retroceder a lo mejor de su
cine (“El príncipe de Homburg” sigue siendo,
en mi opinión, su mejor película). Al parecer Steven Spielberg lleva
años tratando de adaptar esta historia. Será interesante, si algún día
materializa su proyecto, el comparar ambas versiones, más que nada por el judaísmo
que procesa Spielberg.
Ha obtenido el Premio Miguel Delibes
al mejor guion.
- (*) “La imatge permanent”
(Laura Ferrés, España)
Su Espiga de Oro a la mejor película es de
los premios más bochornosos de los últimos años. Absolutamente inexplicable si
nos atenemos a razones cinematográficas. Perfectamente explicable si
consideramos otras cuestiones extra-cinematográficas que no voy a detallar pero
que todo el mundo intuye.
Ya su cortometraje documental (*) “Los
desheredados” (2017) me pareció una impostura que se confirma en esta ópera
prima. Y eso que Carlos Vermut (“Mantícora”)
participa en el guion; un director cuyas
realizaciones me parecen de lo más interesante de los últimos años. Una comedia
insulsa, sin ritmo, desangelada, donde subyace un nimio elemento dramático, con
una ¿interpretación? horrorosa que se supone debe transmitir autenticidad y lo
que da es vergüenza ajena. Como escribí en un tuit,
el Rey o la Reina, van desnudos. Ópera prima y Espiga de Oro… Vamos anda, ni
que fuera Truffaut.
En su pase de prensa en el Teatro Calderón
recibió unos aplausos (tengo anotado 3 o 4) pero tampoco fue silbada ni
pateada.
- (***) “La quimera” (Alice Rohrwacher,
Italia)
Presentada a concurso en Cannes. He aquí a
una autora que no peca de pedantería, de impostura. Sus películas (esta es la
cuarta) son diferentes, arriesgadas, y al mismo tiempo saben conectar con los
espectadores. No es fácil hallar la fórmula para que esto suceda. Una historia
curiosa, con variopintos personajes atípicos que se muestran de forma coral en
la mejor tradición del cine italiano. Con una mezcla de drama y comedia muy
sutil e inteligente. Y con un final de carácter poético que cierra la historia
de forma adecuada. Una directora que nos seguirá dando muchas alegrías en
producciones futuras.
En este enlace se puede ver el tráiler: https://youtu.be/7HAgqKOOG_Q
Fue recibida con aplausos en dos ocasiones
(inicio y final de créditos). Le han dado la Espiga de Plata porque claro no
podían darle la Espiga de Oro… Por favor.
- (***) “Bai Ta Zhi Guang” (“The Shadowless
Tower”,
Presentada en la Berlinale.
Una película pausada, de ritmo lento y que además se extiende durante 144
minutos, sin embargo, hay algo en ella que te engancha. Sus personajes, sus
intérpretes consiguen meterte en una historia muy sencilla, casi banal, donde
un personaje solitario, divorciado, deambula por la vida. El pasado con un
padre ausente por un incidente del que fue falsamente acusado, el presente con
una joven fotógrafa, la hija pequeña, el alcohol como vía de escape… Todo
confluye de forma muy sutil, suave, sin brusquedades, como esa torre que parece
no proyectar sombras y que se utiliza como elemento metafórico, poético, de la
película.
Fue recibida con aplausos y los comentarios
generales eran buenos, sin embargo se fue de vacío (el año pasado ganó la
Espiga de Oro la magnífica película china “Yin ru chen yan”)
- (***) “El viejo roble” (“The Old Oak”,
Ken Loach)
Presentada a concurso en Cannes. Loach y Paul Laverty a lo suyo, con discursos políticos de izquierda
sobre la clase obrera (como si esta fuera única o como si la izquierda fuera
única en toda Europa y velase realmente por los trabajadores) mezclados en esta
ocasión con el tema de la inmigración de un grupo de refugiados sirios en una
pequeña localidad inglesa. El racismo y la solidaridad, la crisis industrial de
las zonas mineras, el abandono que sufren los propios ingleses de su gobierno,
todo esto y más confluye en una película correcta pero que peca de ese excesivo
maniqueísmo: los que vienen de fuera son todos muy buenos, y los ingleses los
hay o muy buenos o muy malos. O eso pretende decirnos. No hay términos medios. Es
algo muy similar a lo que sucede con Agnieszka
Holland y en mi opinión las cosas, las situaciones no son tan sencillas, no
se pueden reducir a esquemas tan simples, pero está claro que esto les funciona
de cara a los espectadores (Premio del Público en Locarno y aquí en la Seminci). Además Dave Turner recibió el Premio al Mejor
actor. En este caso nada que objetar.
- (**) “El maestro que prometió el mar” (Patricia Font)
Fuera de concurso. Excesivamente maniquea.
Estos discursos tan sectarios empiezan a aburrir. Todo está enormemente
estereotipado. Está basada en un personaje real, el maestro Antoni
Benaiges, que se supone obedece a los rasgos que
aquí se muestran (la película se basa en el libro de Francesc
Escribano que no he leído). Sin duda, una buena persona que llega a un
pueblecito de Burgos como maestro rural años antes de que estalle la guerra
civil, que yo siempre he definido como un fracaso colectivo de convivencia, de
todos. Sus métodos de enseñanzas son innovadores y tiene muy claro que la
religión no tiene cabida en las aulas, lo que provoca un rápido enfrentamiento
con el cura que era el anterior profesor. Su ideología republicana es conocida
por todos y eso no es un obstáculo para que el maestro realmente se preocupe de
que los niños reciban una educación amplia, libre (y aunque no se muestra por
supuesto orientada). El cura, como no, malo pero malo de solemnidad. Y los
simpatizantes de derechas malos pero malos de solemnidad. Y que no falte el
bigotillo. Por ejemplo el haber incluido una secuencia donde el cura y el maestro
debatieran sobre sus ideas, sin caer en sectarismos, respetándose mutuamente en
sus creencias, hubiera ayudado y mucho a una mejor aceptación de la película. Pero
claro con esos personajes es imposible. La guerra estalla y el maestro es
tristemente golpeado y asesinado (un plano muy frío que se quiere mostrar así).
La película se presenta en dos tiempos, uno actual con la exhumación de una
fosa común y el tiempo prebélico indicado. Y a este respecto y sobre este tema
no hay que olvidar que miles de bosques de Europa, están llenos de cadáveres de
la 2ª guerra mundial. Siempre he pensado que a los muertos de hace décadas hay
que dejarlos en paz. Allí donde estén son recordados (y en mi familia hay
casos)
En su pase de prensa en el Calderón recibió
aplausos.
- (***) “Cristina García Rodero. La mirada oculta” (Carlota
Nelson)
Documental fuera de concurso. La extraordinaria
fotógrafa española recibió, en el marco del festival, el I Premio Especial a la
Creación Artística que recogió en persona.
En mis años de universidad recuerdo haber
estudiado, para la asignatura de fotografía, su libro de “España oculta” un
hito entonces y ahora.
El documental, producido y distribuido por
Wanda Vision, no muestra entrevistas a otras
personas, a expertos, a otros fotógrafos. Le da la voz y la imagen a ella, a la
que vemos con su mochila y su cámara, escabulléndose por todos los rincones
para meterse de lleno en las fiestas, celebraciones, rituales. Una “pequeña”
mujer de fuerte carácter y personalidad. Y ahí sigue en activo.
- (**) “Dear Jassi”
(Tarsem
Fuera de concurso. Una producción hindú que
se proyecta dentro del ciclo dedicado a la India titulado “El espejo de los
sueños”. Sexta película de este director hindú (famoso por algunos videoclips
de Lady Gaga y R.E.M.) nacionalizado
estadounidense y primera que rueda en la India. Una historia basada en hechos
reales y que se asemeja al “Romeo y Julieta” de William Shakespeare
actualizado a los tiempos actuales y a las particularidades de la cultura
hindú.
Ella, Jassi, y su
familia de muy buena posición económica viven en Canadá y mantienen casa en la
India. Una lujosa casa que destaca sobre otras construcciones mucho más pobres
que están a su lado. En una de ellas vive él con su madre ganándose la vida con
una moto-taxi. El amor surge entre ellos pero la familia de ella, rechaza,
desprecia al muchacho por su origen social. Vivirán en Canadá, y se habrán
integrado laboralmente, pero en lo que respecta a estas cuestiones sus
mentalidades están ancladas en tradiciones difíciles de asumir para la
mentalidad occidental y Jassi ya es una chica con esa
mentalidad. El final, como no, es terrible.
SECCIÓN OFICIAL
(cortometrajes):
Como indicaba al inicio este año se ha tomado
la decisión de agrupar los cortometrajes de la Sección Oficial en dos sesiones
y no acompañando a los largometrajes. En mi opinión es una decisión acertada.
De los once cortometrajes presentados ninguno
ha destacado especialmente.
(Sesión 1)
.- (**) “
.- (**) “Cocodrilo” (“Krokodyl”, Dawid Bodzak, Polonia). También presentado en Cannes. Es una historia extraña donde se mezcla, creo, realidad y ficción de forma muy sugerente. Como se dice en la sinopsis un corto que “fascinaría a Dario Argento” y estoy de acuerdo.
.- (**) “Jill, Uncredited” (Anthony Ing, GB). Una historia muy simple pero que funciona. Jill Goldston es una figurante que ha participado en más de 2.000 películas y series televisiva, y alguna de ellas muy conocidas (“El hombre elefante”, “Frenzy”…). El corto recoge algunas de esas apariciones. Sin más, pero resulta entretenido.
.- (**) “Aitana” (Marina Alberti, España). Es un cortometraje documental donde vemos y escuchamos a Aitana Alberti León, hija de Rafael Alberti y de María Teresa León. La directora Marina es a su vez hija de Aitana y por lo tanto nieta de Rafael y Teresa. Tres generaciones, en realidad cuatro con la hija de Marina, unidas en los recuerdos que son cada vez más borrosos, más difusos. Me ha gustado el tono que muestra, ese “Recuerda mamá” que se dice varias veces.
La han otorgado la Espiga de Plata y me parece muy bien.
.- (**) “Ardent Other” (Alice Brygo, Francia). Una animación en la que decenas de personas contemplan algo mientras escuchamos sus pensamientos. Es Notre Dame lo que arde (no se ve en ningún momento) y lo que oímos es de lo más variado, personas que se entristecen de la gran pérdida artística, otras que se ríen, otras que tienen miedo…
Aquí un fragmento: https://squareeyesfilm.com/shorts/ardent-other/
.- (**) “Eeva” (Lucija Mrzijak y Morten Tsinakov, Croacia-Estonia). Una correcta animación en tonos muy grisáceos para una historia de entierros, viudas y adulterios escondidos en los armarios.
.- (**) “Lemon Tree” (Rachel Walden, EE.UU). Un padre irresponsable, un hijo pequeño y un conejo. No está mal por su ritmo, su fotografía, su desenlace.
.- (o) “Sonido: Ivans & Tobis” (Diogo Baldaia, Portugal). ¡Qué horror! Malo de solemnidad. De nuevo un director que no sabe transmitir al espectador lo que él tiene en su cabeza.
.- (o) “Howling” (Aya Kawazoe, Japón). Misma situación que el cortometraje anterior. Seguro que en el papel, en la cabeza del director lo tiene todo muy claro, otra cuestión es si eso llega a un espectador que parte de cero, y en este caso está claro que todo es muy confuso, sin sentido.
.- (**) “Wander to Wander” (Nina Gantz, Países Bajos-Bélgica). Una historia de animación stop motion sobre un antiguo programa infantil de televisión cuyo creador ha fallecido. Su muerte ha dejado huérfanos a sus personajes que no saben muy bien cómo continuar. Han acertado al concederle la Espiga de Oro.
.- (o) “Nada de todo esto” (Patricio Martínez y Francisco Cantón, Argentina). Y de nuevo, el horror. Una madre y su hija en un coche se cuelan en una gran casa de campo donde se nota que vive una familia de clase alta acomodada. Incluso la dueña de la casa, que está presente, se sorprende por esta irrupción. Entran en las habitaciones, en el baño, para luego volver con un objeto robado a su casa mucho más humilde. Ya está. Si los autores pretenden hacer una crítica social lo hacen de la forma más absurda y tonta posible.
PUNTO DE ENCUENTRO:
- (**) “Gasoline Rainbow”
(Bill Ross IV y Turner Ross, EE.UU)
Le concedieron el Premio a la mejor película
de esta Sección y he tenido la suerte de poder verla y además presentada por
los propios hermanos Ross. Se trata de la ópera prima de ficción de
estos documentalistas que ya tienen una extensa carrera. Una road-movie de carácter
independiente que se sigue con interés. Retrato generacional de una parte de la
juventud actual estadounidense, en este caso tres chicos y dos chicas que
pretenden llegar al Pacífico, al mar, partiendo de una pequeña población de
Oregón. Un viaje iniciático en furgoneta, tren, andando, de fiesta en fiesta,
con un emotivo final.
Fue recibida con aplausos.
- Noche del corto español: Fiel a mi cita de todos los años. Al asistir a estas proyecciones siempre he pensado en aquellas sesiones que la IIEC (Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas) realizaba, allá por los años sesenta, en el Palacio de la Música de Madrid con los trabajos de diplomatura de los alumnos. En los jóvenes de hoy, de los que empiezan, está el cine del mañana. Son cinco los cortometrajes presentados:
1- (**) "Trenc d´alba" (Anna Llargués). De nuevo una historia familiar ambientada en una masía catalana. De los cinco cortometrajes proyectados es el que presenta una narrativa más ortodoxa, más convencional. La niña Vinyet Rodríguez destaca especialmente.
2- (**) “Meteoro” (Víctor Moreno). Le han concedido el premio al mejor cortometraje de estos cinco trabajos presentados y me parece bien. Una historia de corte documental, con secuencias oníricas y una música de Jonay Armas que logra una atmósfera muy especial.
3- (**) "Perdido en el mar" ("Lost
at Sea", Lucija Stojevic y Andrés Bartos).
Trabajo de animación muy llamativo sobre la huida de un grupo de refugiados
musulmanes rohingya en Birmania. Un conflicto que aún
continúa.
4- (**) "El último muflón" (Shira Ukrainiz y Omar
Al Abdul Razzak). Otro trabajo de animación muy
potente visualmente que se basa en hechos reales, la introducción del muflón en las Islas Canarias en 1971. Un animal que no era
autóctono y que generó bastantes controversias. La música de Iván Blanco
transmite una gran fuerza que acompaña con acierto la narración.
5- (**) “Los Danubios” (Jaume Claret Muxart). Una realización en tono muy poético inspirada
en los cuentos de “El Danubio” de Claudio Magris.
Bien de ritmo, de estructura. El joven actor Kevin Espinosa destaca
especialmente.
- (**) “Hoard”
(Luna Carmoon, GB)
Ópera prima de esta directora británica que
estuvo en Valladolid presentando su película. Ya fue exhibida en la Semana
Internacional de la Crítica de Venecia donde obtuvo varios premios. Una
película que aborda los trastornos de conducta asociados a problemas
psiquiátricos a través de la relación de una madre con su hija de 10 años. Un
debut muy prometedor que fue recibido con aplausos. Una cineasta a seguir de
cerca.
- (**) “Animal” (Sofia Exarchou, Grecia)
Segundo largometraje de esta directora. Una
triste historia de una animadora en un resort de
Grecia, una mujer que lleva muchos años desarrollando la misma actividad, con
una hija pequeña, bailando, bebiendo, cantando, tratando de animar a los
turistas aunque ella esté destrozada, física o emocionalmente. Una vida
estancada donde está atrapada. Todo es lo mismo, una y otra vez, como en el
mito de Sísifo. Y la famosa canción de Baccara
“Yes Sir, I Can Boogie” sonando
de forma reiterada. Recibida con aplausos.
https://youtu.be/ghpg_3vOTSo?si=crOLG_JIRSpU2AiP
ACADEMIA DEL
CINE EUROPEO:
Una selección extraordinaria de siete títulos recientes que han pasado por los grandes festivales europeos.
- (***) “Yo capitán” (“Io Capitano”,
Matteo Garrone,
Italia)
Primera película que veo este año en el
Festival y que se adelanta al 20 de octubre (viernes). Ya se presentó en el
reciente Festival de Venecia donde obtuvo el León de Plata a la mejor dirección
y el Premio Marcello Mastroianni para
un joven actor emergente (Seydou Sarr). Además es la candidata de Italia a los Oscars.
Un drama muy actual sobre la emigración africana a Europa, en este caso el
recorrido de dos jóvenes desde Senegal hasta llegar a Sicilia. Una odisea
repleta de infiernos que te hacen preguntarte si realmente el sufrimiento del
viaje vale la pena. Y en el camino la mafia libia,
los corruptos policías de fronteras, los traficantes de personas para los que
una vida humana no vale nada. Pero también la bondad y la solidaridad de los
más humildes, de los más necesitados. Y todo por cumplir el sueño de llegar a
Europa, para “triunfar”, para ayudar a sus familias en sus países de origen.
Muy significativo el papel de la madre del joven Seydou
que le pide que no lo intente, que el mar está lleno de muertos, que se quede
en su tierra a trabajar, a estudiar, a vivir. Pero no, con dieciséis años, su
sueño es ese y luchará, como un capitán de barco, para conseguirlo. Mateo Garrone es un valor incontestable del cine italiano.
- (***) “El cielo rojo” (Christian Petzold,
Alemania)
Gran Premio del Jurado en la pasada Berlinale. La consabida frialdad alemana, de forma y de
fondo, en una historia a la que le cuesta arrancar, pero que poco a poco te va
envolviendo. No es un cine apto para públicos, digamos, comerciales. Los
incendios, al principio, lejanos, están cada vez más cerca de nuestras casas,
de nuestras vidas, unos cielos rojos amenazantes que son una clara metáfora de
todas nuestras incertidumbres, de nuestras dudas, de lo que nos impide avanzar.
- (**) “La teoría universal” ("Die
Theorie von Allem", Timm Kröger, Alemania)
Es, al menos, una
película muy curiosa que remite a Alfred Hitchcock, a Bernard Hermann,
con pinceladas a lo David Lynch, Orson Welles e incluso a “La
torre de los siete jorobados”. Rodada en blanco y negro, se estrenó en la
Sección Oficial de Venecia. Una historia de intriga científica que se
desarrolla, sobre todo, en los años sesenta en los Alpes suizos y que se sigue
con relativo interés. Hay planos, secuencias en los que parece estar viendo
viejos clásicos, pero en general, en su ritmo, en su estructura, hay algo que
no acaba de funcionar.
Tibios aplausos en su
pase de prensa en el Teatro Cervantes.
- (***) “Fallen
Leaves”/ “Kuolleet Lehdet”
(Aki Kaurismäki, Finlandia)
Una de las películas que mayor expectación
había despertado tras su pase por Cannes 2023 donde obtuvo el Premio del Jurado
y el Gran Premio Fipresci (por tercera vez) a la
mejor película del 2023 (entregado en el Festival de San Sebastián el 22 de
septiembre de 2023). Y no ha defraudado. Bueno, Aki
nunca falla. Personas normales, en situaciones normales, con trabajos normales
y sin embargo consigue atraparnos y no soltarnos durante toda la proyección. Es
inaudito lo que consigue con ese ritmo lento, con esos planos aparentemente
cotidianos. La broma de los zombies con Bresson
y Godard es antológica. Tendrás que verla.
- (***) “La tierra prometida” (Nikolak
Arcel, Dinamarca)
Una película muy sólida,
presentada en Venecia y ambientada en la Dinamarca de mediados del S. XVIII. Un
drama rural que nos hace recordar las epopeyas de la conquista del Oeste,
porque de eso se trata, de conquistar una tierra yerma, árida, en Jutlandia. Tiene
secuencias extraordinarias rodadas con una cámara invisible que te mete en
cuerpo y alma en la historia, compartiendo con sus personajes su trágica
existencia. Hasta su final. De lo mejor visto en toda la Seminci.
Recibida con aplausos.
ALQUIMIAS:
- (**) “The Beast in the
Jungle” (“La bête dans la jungle”, Patric Chiha, Francia)
Y de nuevo Henry James y su relato “La bestia en la jungla”. Una
película de atmósfera, con dos intérpretes geniales. Chiha
logra meternos en esa discoteca por la que el tiempo pasa pero en la que al
mismo tiempo hay una inmovilidad, una inacción del amor. Las dudas nos
paralizan, el miedo a la incertidumbre no nos deja vivir. La película nos
atrapa, nos envuelve, con su música, con sus imágenes. Personalmente me gusta
más que la versión de Bonello. Otra de esas
películas que deben verse en sala para disfrutarse plenamente; y varias veces.
- (***) “En nombre de la tierra” (DK Welchman,
Hugh Welchman, Polonia)
Segunda realización de
este matrimonio tras la excelente “Con amor. Vincent” (2017) y que está
a su misma altura. Un drama rural con una enorme fuerza narrativa y con unas
imágenes de una belleza estética que sobrecogen. Y una historia magnífica
extraída de la novela “Los campesinos” del Premio Nobel Wladyslaw Reymont.
Un trabajo de años, con miles de dibujos y equipos de pintores en varios países,
pero el resultado ha valido la pena. Espero que tenga el éxito comercial que
tuvieron con su ópera prima.
- (**) “Tres hermanos” (Francisco J. Paparella,
Argentina-Chile)
Como escribí en el tuit últimamente me acerco al cine latinoamericano con
sospechas fundadas. Y en este caso se confirman. La película es confusa, está
mal narrada, los personajes no son claros inicialmente, no asocias las
relaciones de parentesco hasta muy avanzada la película. O sus ocupaciones.
Todo es oscuro, violento, no hay claridad en la narración. Es posible que esa
sea la intención del director, que todo resulte así de confuso, porque así son
las vidas de estos tres hermanos. La película se puede ver pero en realidad no
aporta nada que se salga de lo convencional.
Recibida con aplausos.
- (**) “The Siren”
(Sepideh Farsi, Francia)
Película de animación y
ópera prima de esta realizadora iraní exiliada en Francia. Un título que sería
imposible que se realizara hoy en Irán, de hecho la realizadora tiene prohibida
la entrada. Narra el episodio real del bombardeo y asedio de la localidad iraní
de Abadan por los iraquíes al comienzo de la guerra
en septiembre de 1980. Un grupo de personas logran huir en un barco llamado “La
Sirena” con la complicidad de un oficial iraquí. La realización es algo plana,
tediosa en algunos momentos, y reiterativa en su desarrollo pero se deja ver.
MEMORIA Y UTOPÍA:
Única película que he podido ver de esta sección lo cual es una verdadera lástima porque había títulos muy notables. Quizás la Filmoteca Española debería plantearse para los próximos años proyectar la selección de estos títulos una vez finalizada la Seminci.
- (**) “Sogni d´oro” (Nanni Moretti, 1981). Una restauración,
realizada en 2023, que supervisó el propio Moretti. Se trata de una
comedia fallida ambientada en el mundo del cine que fue premiada en Venecia con
el León de Plata. Recuerda mucho al humor de Woody Allen, a veces absurdo,
a veces surrealista. Tiene momentos brillantes (lo de Freud es
delirante) y otros muy tontos. No está, desde luego, entre lo mejor de su
filmografía.
HOMENAJE A NATHALIE BAYE:
- (***) “La habitación verde” (“La chambre verte”, François Truffaut, 1978). Película que se proyecta con motivo de la entrega a Nathalie Baye de la Espiga de Honor. Una película donde la muerte es una constante. Como es sabido se basa en varios textos de Henry James pero especialmente en “La bestia en la jungla”. La fotografía fue obra de Néstor Almendros que era el director de fotografía habitual de Truffaut de aquellos años. La película transmite una enfermiza obsesión por los muertos a los que hay que seguir manteniendo vivos a través de su recuerdo constante. Truffaut hablaba que era “una prolongación de Adéle que no era lo bastante brillante”. En su momento no se estrenó en España. Ha sido restaurada en 4 K.
PROYECCIONES
ESPECIALES:
- (**) “Juniper” (Matthew J. Saville, 2021)
Se proyecta con motivo de la entrega a Charlotte Rampling de la Espiga de Honor y es la película de clausura del Festival. Un título del año 2021 rodado en Nueva Zelanda y que parece no había encontrado hueco antes para estrenarse en España. Un drama familiar correcto entre una abuela de muy difícil carácter y su joven nieto. Nada del otro mundo, hay infinidad de telefilmes que plantean situaciones similares.